miércoles, 29 de septiembre de 2010

Pulao Perhentian

... por Ana Nevado.

ATENCIÓN: aviso importante a todos aquellos que estéis recién llegados al trabajo, sentados delante del ordenador y, para variar, antes de empezar a currar (lo primero es lo primero) vais a leer el último post publicado por MALETA O MOCHILA. Este post puede producir un efecto secundario comúnmente conocido como “envidia cochina”. Si seguís leyendo, es bajo vuestra responsabilidad, ya os hemos avisado así que luego no queremos quejas... :p

Os vamos a contar un secreto, pero no se lo digáis a nadie: el paraíso existe, está en Malasia y se llama Pulau Perhentian.

Alaa, diréis todos, qué exageradas que son!! Pues después de leer el post ya nos diréis si tenemos razón o no. Pero empecemos desde el principio.

Nadie dijo que llegar al paraíso fuera fácil, verdad? Y tanto que no es fácil! Desde la multicultural Penang nos dispusimos a pasar unos días más relajados y playeros en una isla de la que teníamos buenas referencias, pero tampoco demasiadas expectativas. Otra playa más, pensamos. Así que a las 4:30 de la mañana (ya os decimos que la vida del mochilero es muy dura) nos levantamos y con los ojos prácticamente cerrados nos metimos en la minivan que nos iba a llevar, junto a otros cuatro viajeros, a Kuala Besut, donde cogeríamos un ferry hasta Pulau Perhentian. Todo fue bien hasta que a mitad de camino más o menos, cambiamos de conductor de la minivan, y aquí es donde entró en escena un personaje al que terminamos llamando “el Bigotes”. Conductor suicida y kamikaze en potencia, nos dio un viajecito que pa qué, y cuando llegamos a Kuala Besut casi besamos el suelo al bajar de la furgoneta, cual Papa de Roma. En el ferry de camino a Perhentian empezamos a conocer a nuestros compañeros de viaje, Rebeca, una chica madrileña, y Efe, un chico mexicano. Al llegar a Coral Beach, en Pulau Perhentian Kecil, empezó nuestra odisea. Mochila(s) y maleta pa´ arriba y pa´ bajo, recorriéndonos toda la playa dos veces bajo un sol abrasador y con 15 kg a la espalda buscando el alojamiento perfecto. Al final encontramos uno, desde luego no perfecto, pero a la altura de nuestras exigencias (que tampoco son muchas, todo sea dicho). Y resulta que en el mismo hotel estaban también Rebeca y Efe. Mira qué bien!

Imaginad una playa de arena blanca y aguas cristalinas, rodeada por una jungla virgen llena de palmeras, con algún chiringuito repartido a lo largo de la playa y algunas personas tomando el sol en un ambiente totalmente relajado y playero. Esto es Coral Beach. Y aquí es donde nos dispusimos a pasar los siguientes dos días. Pero Perhentian no es solamente esto, no. Debajo de sus aguas esconde otro tesoro, un Paque Nacional Marino repleto de tortugas, tiburones, peces de todos los colores imaginables y coral a raudales.



Aquí estuvimos descansando; tomando el sol en Long Beach, otra playa de la isla que solamente estaba a 15 minutos a pie de la nuestra, bañándonos en el agua cristalina de Perhentian, viendo puestas de sol increíbles en el mar, disfrutando de la compañía de nuestros nuevos compañeros de aventuras, Rebeca y Efe, haciendo snorkeling (con alguna que otra anécdota, todo hay que decirlo) y viendo tiburones (bueno, solo uno y pequeño), tortugas (bueno, solo una también, pero esta era grande!!) y un fondo marino de una belleza espectacular.

Tan bien estábamos, que solamente os diremos que cuando fuimos a comprar los billetes de autobús para nuestro siguiente destino y nos dijeron que para ese día era imposible y teníamos que quedarnos un día más en la isla, prácticamente saltamos de la alegría.

A ver, recapitulemos: playas de arena blanca y aguas cristalinas, puestas de sol increíbles, cenas a la orilla del mar con una compañía inmejorable, infinitos peces de colores, risas y más risas a todas horas, y gente amable por todas partes. Es o no es esto el paraíso?
Pero todo lo bueno se acaba, y después de 3 días en Coral Beach nos dirigimos a nuestro próximo destino, Taman Negara, el Parque Natural más grande de Malasia, para cambiar un poco de aires y quitarnos el olor a salitre de la piel.



En definitiva, Pulau Perhentian ha sido nuestro hogar por unos días. Aquí nos hemos sentido como en casa, en familia con nuestros nuevos amigos, y nos vamos con la satisfacción de haber encontrado la playa perfecta que habíamos estado buscando durante tanto tiempo y que al final hemos encontrado.

Así que ya sabéis, uno de los paraísos es este. Y decimos uno porque estamos firmemente convencidas de que paraísos hay muchos en el mundo. Solo tenéis que levantaros del asiento, respirar hondo e ir en busca del vuestro!

P.D: desde aquí enviamos un abrazo y un besazo enorme a Rebeca y Efe! Fue un lujo compartir esos días con vosotros, mucha suerte y quién sabe? quizás nuestros caminos se junten de nuevo en algún rincón del mundo. ;-)

2 comentarios:

anne dijo...

MMMMM k bien noticias frescas de las nenas!!!
he visto las fotos de Tailandia..k gracia salir en ellas!!
jeje
me gusta la foto del "taxi" mía..; ))
a ver si me la enviáis!(y muchas otras..pero ya se verá...!! ))
al menos llegasteis vivas con este camikaze..uffff
besosssssssssssssssss

Jordi dijo...

Bueno, bueno....

Si antes me alivió que en Malasya se hablara tamil, ahora quedo muchísimo más tranquilo sabiendo que en la playa hay tiburones que os protegen de las conocidas mariposas carnívoras malasyencas!!

SALID DEL AGUAAA!!!!

Veo que el sol os está trastocando... anda, volved a casa antes de que sea demasiado tarde...

:-)