Adéu Vietnam, Kaixo Camboya

Nuestra salida de Vietnam y luego la entrada a Camboya fue un tanto gracioso. Montones de vietnamitas ofreciéndonos “hello, motobike?” para llevarnos del pueblo vietnamita donde nos dejó el autobús, Ha Tien, hasta la frontera con Camboya, a 10km, y luego llevarnos a Sihanoukville, nuestro destino en el sur de Camboya.

Si no lleváramos ya casi 3 meses de viaje, posiblemente habríamos aceptado. Pero a estas alturas del viaje ni de coña íbamos a pagar 60 dólares para que nos llevaran en moto, con todo el equipaje encima, en un trayecto de 4 horas por carreteras pedregosas.

Visto lo visto, nos acercamos al puesto de taxis que había en la estación de autobuses y una chica, de esas que llegan a sacar lo mas profundo de tu ser, nos decía que no había taxis. Y allí estuvimos, poniendo a prueba todas nuestras habilidades comunicativas y sociales, para que aquella horrenda mujer, llamara a un taxi de su compañía. Pero no! Parecia ocupada mirando a la nada y no tenia absoluta intención de ofrecernos ningun taxi. No nos quedaba otra que con todo nuestro mal humor e incredulidad, buscar un taxi por nuestra cuenta en aquel lugar remoto.

Así que dejamos la estación de autobuses, con todos sus “hello, motobike”, cogimos nuestra maleta y mochila, y empezamos a caminar hacia el pueblo por una carretera, en busca de un taxi para llegar a la frontera.

No encontramos ningún taxi, pero encontramos una familia muy amable, que tenía una tienda de ropa y algo de comida, y les pedimos ayuda. Ellos, amablemente, llamaron por teléfono a un taxi. A punto de dejar el país, por fin encontramos unos vietnamitas amables que no querían timarnos!!

El taxi nos llevó a la frontera, por 60.000 dongs (2,5 euros), y allí llegamos, con la maleta y la mochila, caminando, para cruzar al otro lado, a Camboya. La imagen debió ser bastante cómica, ya que todos los oficiales del puesto fronterizo no hacían más que reír.

Pero finalmente pasamos, y allí estaban otros “hello, motobike” o “hello, tuk-tuk”, pero esta vez camboyanos, que nos querían llevar a nuestro destino en moto, o en tuk-tuk (carrito arrastrado por una moto), no sé por cuanto dinero.

Nosotras empeñadas “no, thanks. We want a bus, only a bus!!” (No, gracias. Queremos un autobús, solo un autobús), en tono bastante desagradable.

Y de repente... allí estaba el autobús! No sabemos de dónde salió, pero un autobús que nos llevaba a nuestro destino estaba allí, plantado en la frontera. Era el único autobús que había, y justo nos llevaba a Sihanoukville.

Lo cogimos, y fue un trayecto muy agradable. Si hay un lugar más verde que Japón, y más verde que Vietnam, ese es Camboya. Camboya es muy bonito!!

Largas extensiones de campo verde, de un tono verde dorado, y largos caminos de tierra de color rojiza. Un contraste precioso. Apenas hay carreteras asfaltadas. Y veíamos algunas casas pequeñas, de madera o de cemento, rodeadas de campo. Pocas casas en general. Pequeños templos y construcciones de tipo Khmer. Gente sonriente.

Parece un país bastante tranquilo en general...

O por lo menos esas fueron nuestras primeras impresiones en las casi 4 horas de viaje, hasta llegar a Sihanoukville.